
Hoy me permito la licencia y necesidad de hacer una alusión más desestresante al blog. Viendo lo poco que escribo últimamente y lo poco activo que estoy en el ámbito profesional, pues me he decidido a escribir sin argumento, escribir por escribir; y más con las horas que corren.
Mañana toca festivo por aquí, yo no puedo dormir porque cada día tengo el ritmo cambiado cual viento fuera mi alma, pero aquí estoy que ni quiero ni puedo conciliar sueño y cuando uno está así, ya se sabe como acaba la película. Primero empieza a pensar en comer, luego en fumar, luego en ver cine y si al final de los finales resulta que nada de esto de complace, te pones a darle más vueltas al "coco" que Zapatero buscando promesas (no podía faltar ZP en ninguna entrada y menos viendo sus últimos derroteros sociales y políticos).
En fin, que al final uno siempre se pone a querer arreglar su mundo interior como si fuera la noche de fin de año y pensara: "voy a dejar de fumar, me voy a apuntar al gym, voy leer más..." Total, al final fin de año y una noche de estas, primas hermanas, os lo digo yo. Resulta que yo como soy propenso a estas situaciones pues ya no me creo ni a mi mismo, y no es en cuestión de querer hacerme promesas de esas, pero al final es porque termino dándole vueltas y vueltas a todo, al final no cambio nada y lo que es peor, acabo por cansarme de mí mismo, que ya puestos he de decir que es fácil.
La misiva de esta noche se concentra en pensar en cambiar de paisaje, de lugar, de ciudad, de trabajo, de vida. Nada, eso es poca cosa hombre, eso lo pienso como si de comprar pipas se tratase, pero aquí estamos sin encontrar soluciones que convenzan, ni queremos. Porque al fin y al cabo lo que uno hace es montarse pájaros, trasnochar tontamente, soñar despierto y así matar el tiempo y alguna que otra neurona mareada.
Seguimos igual, con la economía inexistente, el panorama laboral decayendo a pasos agigantados y la moral ya no sé ni donde la he dejado aparcada, pero al menos nos entretenemos descargándonos aquí como el gran Juan Ramón Lucas y su programa "en noches como ésta".
2 comentarios:
Por lo desagradable que pueda parecer, aguantar, volver a tirar punetazos contra una puerta, para que se habra, no es algo pasivo, en absoluto. En los malos momentos, saber aguantar, vale mucho màs de la cosecha en los buenos.
Cuando estamos convencidos de no tener salidas, aguantar con lo que tenemos, hasta que nos vuelvan a abrir puertas, es una tarea necesaria y dificil.
Y cuidado, nunca cabeza abajo, que al torero se la hace màs facil matarnos!
Seguramente copiaría dos frases que he encontrado por ahi,que son importantes.
Una de Simón Bolivar que dice" EL ARTE DE VENCER SE APRENDE EN LAS DERROTAS"
Y la otra,sin autor conocido, "EL FRACASO NO ES UNA OPCION ES UN PRIVILEGIO PARA QUIENES AL MENOS LO INTENTAN......"
Con lo cual amigo,que esas noches en vela,sean de inquietud por llegar,por hacer,por despejar el horizonte,por vez siempre la luz.......¡¡¡Nunca por pensar que ya todo está perdido,o por que no va a llegar.....¡¡¡¡¡
Esos momentos bajos son la base del forjado de un gran profesional y un gran tipo.
El control de tu coco,como dices Tú,está en tí.
Adelante¡¡¡¡
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