miércoles, 28 de octubre de 2009

Más crisis: atracos y crímenes



De todos era sabido que este momento iría llegando. Hasta servidor lo ha sufrido un par de veces esta semana. Al menos la amenaza del hecho. Ya avisaron de que la situación empeoraría. No lo vamos a negar ni a arreglar, pero si da que pensar muchas cosas.


No intento ser alarmista ni agorero pero se ve que es normal que tanto el que robaba antes -ahora lo hace más- como el que nunca lo ha hecho, en desesperación por su situación, también se apunte al carro de hurtos, atracos y agresiones. Cuando el hambre aprieta uno no piensa, es una cuestión de instinto de supervivencia.

Sin ir más lejos este domingo y este lunes pasado en la noche, fui testigo de estos hechos que relato, en la zona donde habito. Seguramente eran un par de maleantes sin pena ni gloria que destrozaron zonas de la urbanización donde resido y también intentaron entrar en alguna que otra casa. La verdad que tuve suerte porque sólo de pasada noté los efectos, pero esas dos noches no pegué ojo ni con ganas.

Como digo, lo veo así y cuando camino por las calles del municipio que me acoge ahora, veo cada día más gente indigente o como tú y yo, rebuscando en los cubos de basura. Supongo que una imagen que se puede observar a diario en muchas ciudades de España. La pena es que esa fotografía se está convirtiendo en cotidiana y masificada.

Lo más destacado es que los crímenes y atracos en las grandes como en las pequeñas ciudades han ido in crescendo en los últimos meses y ya no nos sorprenden las noticias que hablan de atracos de bandas extranjeras o de secuestros express o de asesinatos por 4 duros.

Para el extranjero sonrisas y en casa ni agua

Cuando esto sucede nos planteamos el tema de la inseguridad en las calles y hogares y achacamos el problema a los Cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Pero en cierto modo los entiendo cuando se manifiestan reclamando un salario más equitativo con los Cuerpos autonómicos. Me indigna en cierta medida que aunque sean un colectivo tan numeroso y crucial para el orden de un Estado de Derecho, no tengan derecho a la manifestación o queja de la situación en la que se ven, cobrando menos o en condiciones peores de las que imaginamos.

Solo basta mirar el último atentado en Afganistan en el que murieron efectivos españoles, donde la causa de la muerte escondía que los carros de combate estaban desfasados y no estaban preparados para proteger a los militares.

Si empezamos por ahí o que la Policía Nacional no puede patrullar por falta de vehículos, encontramos una cadena que al final nos repercute a los ciudadanos, que cada día con más miedo y malestar perdemos confianza en el Sistema. Sobre todo cuando vemos que el Gobierno hace donaciones millonarias al extranjero mientras que aquí "vamos tirando".

En fin, que si estáis en el rol de víctima, paciencia. Si sois verdugo pues comprensión con las víctimas, que quién sabe si en unos meses ambos se encuentran en la misma situación. Sea como fuere, mucha precaución y no fiarse ni de vuestra propia sombra. Al final nadie sabe quién es más ladrón que otro.

Os dejo una gran y sabia canción:




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