
Que el mundo necesita un cambio es algo evidente y necesario. Que miremos al cielo y pidamos ayuda como si de agua se tratase, refleja que el primer mundo esta ávido de una fe en el progreso machacada por el dinero y el consumo. El elegido para cambiar esto resulta que es el único Mesías que las profecías tacharían como el anticristo para la religión cristiana católica. Pero sin entrar en religiones ni en problemas de color -resaltar que Obama no es negro, sino mestizo-, la verdad que cuando termine el día 4 de Noviembre y tras tantos martes, supermartes y electoral votes , por fin se espera un cambio, que parece que no va a resultar tan fácil ni seguro.
Sin tantas diferencias
Barack Hussein Obama quiere vender una cosa distinta y en realidad lo hace. Es político, como el resto que están en este cotarro claro. Muy diferente de su rival John McCain... No tanto en algunos aspectos y un abismo en otros. El único problema que McCain tiene se llama edad y Sara Palin. Ha demostrado su valía sobradamente con su servicio y tortura en Vietnam y lo que es más, con su compromiso y tenacidad al presentarse con 70 años, superado un cáncer y achacado por la salud a estas elecciones en las que casi nadie apostó por él.
El candidato demócrata, Obama, en realidad con eso que comentaba antes del mestizaje, no es tan diferente de un blanco porque el tópico de "hombre de color" (Cómo si los blancos no fuéramos también de color...), lo cumple en no más de un 15 por ciento. Fue criado por su recien fallecida abuela, ha estudiado en sitios de nivel y formado en una base donde si es cierto, ha tenido que luchar más para entrar en esa elite porque precisamente es de "color".
Barack Hussein Obama quiere vender una cosa distinta y en realidad lo hace. Es político, como el resto que están en este cotarro claro. Muy diferente de su rival John McCain... No tanto en algunos aspectos y un abismo en otros. El único problema que McCain tiene se llama edad y Sara Palin. Ha demostrado su valía sobradamente con su servicio y tortura en Vietnam y lo que es más, con su compromiso y tenacidad al presentarse con 70 años, superado un cáncer y achacado por la salud a estas elecciones en las que casi nadie apostó por él.
El candidato demócrata, Obama, en realidad con eso que comentaba antes del mestizaje, no es tan diferente de un blanco porque el tópico de "hombre de color" (Cómo si los blancos no fuéramos también de color...), lo cumple en no más de un 15 por ciento. Fue criado por su recien fallecida abuela, ha estudiado en sitios de nivel y formado en una base donde si es cierto, ha tenido que luchar más para entrar en esa elite porque precisamente es de "color".
Lucha incierta
Es un punto a favor en realidad que ha movilizado a tanta gente en su país para votar. Es latente que la población esta sufriendo más que nunca, y sobre todo cuando les tocas el bolsillo, pero en el fondo hasta el rabo todo es toro. No hay que confiar en las encuestas, son eso, encuestas y siempre hay mucho americano que no quiere un presidente como Obama o en caso de los republicanos, que Palin esté detrás de McCain.
Es un punto a favor en realidad que ha movilizado a tanta gente en su país para votar. Es latente que la población esta sufriendo más que nunca, y sobre todo cuando les tocas el bolsillo, pero en el fondo hasta el rabo todo es toro. No hay que confiar en las encuestas, son eso, encuestas y siempre hay mucho americano que no quiere un presidente como Obama o en caso de los republicanos, que Palin esté detrás de McCain.
Fin de fiesta sin jornada de reflexión, algo que quizá no les hace falta porque o bien lo tienen muy claro tras la cansina campaña electoral o porque el marketing electoral prefiere atacar al corazón para que voten los sentimientos.
Sea como fuere, al final la historia con los años, será la que acabe de juzgar si los 8 años de Bush fueron tan malos y nos abrirá en pocas horas, la capacidad de tolerancia que tienen los norteamericanos para elegir a su nuevo presidente, que sea o el que les lleve de la mano a un futuro idílico, o les mantenga en la monotonía del desierto y la miseria.
Sea como fuere, al final la historia con los años, será la que acabe de juzgar si los 8 años de Bush fueron tan malos y nos abrirá en pocas horas, la capacidad de tolerancia que tienen los norteamericanos para elegir a su nuevo presidente, que sea o el que les lleve de la mano a un futuro idílico, o les mantenga en la monotonía del desierto y la miseria.
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